Gestión china

La gestión china  es la ideología y las prácticas de gestión específicas de China y el sudeste asiático, formadas bajo la influencia decisiva del confucianismo . El confucianismo fue la ideología que dominó el psicotipo chino y la práctica de la actividad económica y la gestión en China, desde el período de los Reinos Combatientes hasta la unificación de China por el emperador Qin Shi Huang en el 221 a. e., y así hasta el establecimiento de la República de China en 1911. El confucianismo recibió reconocimiento a nivel estatal durante el reinado de la dinastía Han (206 a. C. - 220 d. C.).

Vistas de Confucio

Las enseñanzas de Confucio son un sistema de puntos de vista sociopolíticos, cuya base es la prioridad de los valores morales y las normas basadas en la decencia ética y ritual, indicada por el jeroglífico 礼 (li). Confucio creía que existe una estrecha relación entre la cultura (文 - wen) y el orden social correcto. Tal visión de la estructura social ideal lleva a la idea de que el derecho de una persona a un alto estatus social está determinado por sus cualidades espirituales y morales, es decir, idealmente, el líder debería ser (o convertirse) en un "hombre noble" (君子- jun tzu), que es lo opuesto a “hombre insignificante” (小人 – xiao ren). El universalismo del "hombre noble" se opone a la especialización del "hombre insignificante". El conocimiento según Confucio es ante todo “conocimiento de personas”. El regreso voluntario de una persona a la decencia (礼 - li) da lugar a un "marido noble", y el resultado de su aparición es el triunfo de la humanidad (仁 - zhen), que se entiende como la bondad del gobernante hacia su asignaturas. Combina la norma ética y social ritualizada externa (礼 - li) con la actitud moral y psicológica interna hacia el humanismo y la justicia en relación con los subordinados (仁 - zhen). Confucio identifica el estado con la sociedad y deriva los lazos sociales de las comunicaciones interpersonales, principalmente familiares. Confucio transfiere consistentemente la estructura de la familia a todos los grandes estratos sociales, desde la organización hasta el estado. La metáfora que describe la esencia de tal relación es la relación entre un padre patriarcal y un hijo, que se caracteriza por “hijos de respeto” (孝 - xiao), que, según Confucio, es la “raíz de la virtud”.

Prácticas de gestión

La filosofía del confucianismo ha dado forma a una ética de trabajo en China y el sudeste asiático que incluye la creencia en el valor del trabajo duro, la dedicación a la organización, la frugalidad, la dedicación, la armonía en las relaciones, el amor por la educación y la sabiduría, y la preocupación por la decencia social. Los valores confucianos exigen que una persona sea impulsada principalmente por el deber hacia la familia y la sociedad, y no por la realización de sus intereses y capacidades personales. Los intereses del grupo se consideran más importantes que los intereses del individuo y, si es necesario, se sacrifican las necesidades individuales para que se puedan realizar las necesidades del grupo u organización.

En las prácticas de gestión basadas en el confucianismo, el comportamiento y los roles de los miembros de la organización están determinados por cinco formas de relación, y la armonía en la organización se basa en principios éticos, que se denominan las "cinco virtudes". En las organizaciones chinas, las decisiones las toman los altos directivos y se espera que los empleados sigan las directivas sin cuestionar ni discutir. Se cree que los empleados deben ser leales a su organización, y la organización está obligada a atender sus necesidades y necesidades. La relación entre empleador y empleados es mucho más holística y paternalista que en las empresas occidentales. Confucio creía que las relaciones deben construirse como relaciones en un par de "padre - hijo". El padre debe guiar al hijo, y el hijo debe mostrar respeto y seguir los consejos del padre. El gerente chino está obligado a hacer lo mismo con sus subordinados: como un “padre” a un “hijo”, debe dar instrucciones, asesorar y capacitar a su personal. La relación de modelo a seguir padre-hijo debe garantizar la confianza y la armonía entre los miembros del equipo. En la lógica del confucianismo, la organización es vista como una extensión de la familia. El modelo de "marido y mujer" en la época de Confucio pretendía demostrar el principio de que cada uno debe desempeñar su papel: el marido toma las decisiones, la mujer las lleva a cabo debidamente. Todos los miembros de la organización tienen sus propias responsabilidades y su propio rol especial en la organización. El control social se mantiene a través de una fuerte orientación de clan, y las relaciones se establecen sobre la base de roles predeterminados y los comportamientos apropiados que se derivan de esos roles.

El respeto por la edad sigue siendo un aspecto importante de la cultura china, y la edad también es importante para determinar la movilidad y el puesto de un empleado en una organización. A los gerentes más jóvenes les resulta más difícil ascender en la escala corporativa que a los gerentes mayores, incluso si el gerente más joven está más calificado y, según los estándares occidentales, es más adecuado para cubrir la vacante relevante en la organización. Se espera que los empleados jóvenes esperen su turno para avanzar en su carrera. A cambio de este innegable respeto por los mayores, éstos deben preocuparse por las necesidades de sus compañeros más jóvenes.

La responsabilidad colectiva se considera más preferible que la responsabilidad individual, y se considera inapropiado destacar a un miembro del grupo para recibir elogios, ya que tal práctica socava la armonía intragrupal. La gestión china procede del hecho de que el énfasis en el individualismo reduce significativamente la confianza mutua de los miembros del grupo.

Tradicionalmente, los gerentes chinos valoran la dedicación, la confiabilidad y la lealtad más que la eficiencia y la productividad de los subordinados. Las diferencias en el desempeño individual no se consideran importantes siempre que el colectivo o grupo funcione de manera efectiva. Las prácticas de gestión chinas generalmente se centran en generar confianza en la organización y asegurar la lealtad de los empleados en todos los niveles. Para implementar tal estrategia, un aspecto muy importante es la orientación ética del gerente, idealmente, el gerente debe mantener los más altos estándares de comportamiento personal en términos de evaluación moral. También es de destacar la ritualización de las prácticas empresariales y de gestión, que pueden ser percibidas como formales e inflexibles por las culturas occidentales, pero los chinos creen que tales rituales contribuyen a la orientación a largo plazo de la organización y contribuyen a la instalación de la paciencia y la fortalecimiento de la resiliencia psicológica.

Funciones de la gestión en el paradigma de las visiones confucianas

El trabajo organizacional del gerente implica cuidar la paz y la armonía (和平 - he phin) en la organización, mientras que debe ser justo y tener coraje moral (義 - yi), asegurar la integridad (廉 - lian) y evitar la vergüenza (恥 - chi) . La gestión de personal implica lealtad (忠 - zhong), benevolencia (仁爱 - ren ai) y la promoción de la piedad de la rama (孝 - xiao) y la unidad estrecha (悌 - chi) dentro de la organización. El control implica generar confianza (信 - xin) para garantizar la continuidad del negocio, determinando el lugar y la aplicación de los rituales sociales (禮 - li) en la organización para mantener el entusiasmo y el espíritu de equipo.

La gestión confuciana asume que la paz y la armonía (和平 - hae ping) están asociadas con la práctica del respeto y la hermandad. La capacidad de un buen líder para resolver conflictos organizacionales se basa, primero, en el desarrollo de las propias virtudes; en segundo lugar, debe asegurar la formación y fortalecimiento de un sentido de responsabilidad mutua entre los miembros del grupo o colectivo; en tercer lugar, debe buscar formas de reducir la agresividad de los conflictos creando una "organización humana" en la que las virtudes supriman las diferencias egoístas. Un buen líder crea mecanismos que respaldan una estructura organizativa en la que ni un solo conflicto, ni siquiera el más pequeño, pasa desapercibido, y el desacuerdo con las decisiones del líder debe estar dentro de límites muy estrechos y no puede exceder ciertos límites. Las personas pueden considerar algunas decisiones, especialmente aquellas que afectan sus intereses personales, incorrectas e injustas, pero dentro del enfoque confuciano, la obediencia incondicional se equilibra con el concepto de coraje moral (義 - i), que implica una cuidadosa consideración de las acciones de uno y sus consecuencias por parte de los demás. el líder. Se sugiere que ciertamente se necesita coraje para actuar, especialmente cuando existen dudas o temores sobre las consecuencias.

Integridad (廉 - lian) - el concepto de una secuencia de acciones, valores, métodos, medidas, principios, expectativas y resultados. La integridad puede verse como lo opuesto a la hipocresía, y luego, como una particularidad, se derivan relaciones que sugieren que las partes con creencias opuestas siempre deben considerar tales inconsistencias y no tratar de enmascararlas. De acuerdo con los puntos de vista de Confucio, tener integridad asegura que uno no se vuelva codicioso y actúe por motivos egoístas. El líder debe comprender su responsabilidad y su papel y, al cumplirlo, dar ejemplo y ser un modelo a seguir para los subordinados. Una cultura corporativa basada en la integridad reduce el riesgo de fraude, permitiéndole dedicar menos tiempo y recursos a controles y auditorías, enfocando sus esfuerzos en el crecimiento y la sustentabilidad del negocio.

La gestión confuciana requiere evitar la vergüenza (恥 - chi). Se trata de ser honesto y responsable mientras desempeña su papel en la relación comercial. En particular, una persona debe ser consciente de sus capacidades y no debe hacer promesas que no pueda cumplir. Si es probable que la acción dañe la integridad (廉 - lian), se debe evitar tal acción. Así, antes de embarcarse en un proyecto específico, se requiere analizar los posibles resultados y consecuencias de las acciones. Y si la acción conduce a la vergüenza (恥 - chi), entonces ese proyecto debe abandonarse.

La gestión basada en los principios confucianos requiere prestar atención a la construcción del espíritu de equipo y promover el respeto mutuo entre los miembros del equipo. Este enfoque se define como piedad de rama (孝 - xiao) y unidad cercana (悌 - thi). Se considera de suma importancia el concepto de rituales (禮 - li), que deben tener su lugar en la gestión para garantizar el orden y la estabilidad en la organización. Dichos rituales deben enfatizar que todos tienen un papel que desempeñar, y cuando estos roles se cumplen y se realizan correctamente, las relaciones entre las personas mejoran, la organización logra la armonía y logra sus objetivos. [una]

Notas

  1. Polyakov A. N. El confucianismo como base de la gestión ideal china  (ruso)  // Gestión: revista. - 2020. - Nº 4 (56) . - S. 66 - 72 .