La gripe felina es una enfermedad viral de los gatos . A pesar del nombre, tiene una naturaleza infecciosa cualitativamente diferente a otros patógenos de la influenza . La influenza felina es causada principalmente por dos virus: el calicivirus felino (la enfermedad infecciosa común que causa en los gatos se conoce como calicivirus ) y el virus del herpes felino ( rinotraqueítis felina ).
SíntomasPara determinar el patógeno se realiza un estudio de hisopos de conjuntiva, fosas nasales u orofaringe, enviando el material previa selección por un médico a un laboratorio especializado. Además, como regla general, se realiza un análisis de sangre y, a veces, un examen de tórax, laringoscopia y broncoscopia [1] .
Tratamiento y prevenciónDado que la gripe felina no es peligrosa para los humanos, el tratamiento puede realizarse de forma ambulatoria. No se ha desarrollado una terapia especializada para la forma viral, el tratamiento tiene como objetivo mantener el estado general del gato, fortalecer su inmunidad y aliviar los síntomas de la enfermedad. Los medicamentos antivirales se usan, si es necesario, para prevenir infecciones secundarias: antibióticos, antipiréticos y analgésicos, muchos líquidos, vitaminas. [2]
Prevención: vacunación, minimizando el contacto con animales salvajes, observando las normas de higiene y nutrición.
Pronóstico e inmunidadEn el caso de infección por calicivirus , en la mayoría de los casos el pronóstico es favorable, las muertes son extremadamente raras. La inmunidad es débil e inestable. En caso de infección con el virus del herpes felino, el pronóstico es cauteloso, las muertes son posibles principalmente en gatitos pequeños. La inmunidad es débil e inestable. En el futuro, las recaídas son posibles, especialmente como resultado del estrés o los resfriados. [3]