La bursitis de Aquiles es una inflamación de la bursa sinovial que rodea el tendón de Aquiles . El tendón de Aquiles es el tendón más poderoso del cuerpo y conecta los músculos de la pantorrilla con la parte posterior del hueso del talón. La causa principal de la bursitis de Aquiles es, por regla general, el ejercicio prolongado. Estos son caminar, correr, usar zapatos incómodos (tacones apretados y altos), así como tener sobrepeso. Una persona experimenta dolor al caminar en el área del talón, se observa enrojecimiento e hinchazón en el área de la articulación del tobillo. En caso de infección y supuración de la articulación, pueden desarrollarse complicaciones más graves en forma de bursitis purulenta, flemón y sepsis.
El diagnóstico se realiza sobre la base del cuadro clínico característico y la presencia de líquido en la articulación, que se detecta mediante la punción de la cápsula articular. Para el diagnóstico diferencial con otras enfermedades, es necesario un examen de rayos X.
Para el tratamiento, es necesario, en primer lugar, proporcionar reposo a la articulación, para lo cual se aplica un vendaje de presión y calentamiento, y se fija la articulación . Si la bursitis no desaparece por sí sola durante mucho tiempo, se perfora la cápsula articular y se extrae el líquido, seguido de la introducción de antibióticos y glucocorticoides en la cavidad articular. En el caso del desarrollo de bursitis purulenta, se indica una apertura quirúrgica de la cápsula articular con la instalación de drenajes y cicatrización secundaria sin sutura de la herida. En el caso de bursitis simple a largo plazo, la corrección quirúrgica es posible con la escisión de una parte de la cápsula estirada, que se realiza de forma ambulatoria.
Para fines de prevención, es necesario evitar lesiones en las articulaciones, usar fijadores especiales que protejan la cápsula articular y, si se reciben heridas, tratarlas con antisépticos de manera oportuna.