Éxodo jujeño

El éxodo de Jujuy ( español :  El Éxodo Jujeño ) es un episodio de la Guerra de Independencia Argentina , que es una retirada masiva de las tropas de las Provincias Unidas de América del Sur y el reasentamiento forzoso de los habitantes de la provincia de Jujuy . Éxodo del Ejército del Nortebajo el mando de Manuel Belgrano y el reasentamiento de los pobladores se inició el 23 de agosto de 1812 - abandonaron la ciudad y el territorio de la provincia ante el acercamiento del Real Ejército del Perúcomandado por Eustocio Díaz Vélez[1] [2] . La desobediencia a la orden fue amenazada de muerte por un pelotón de fusilamiento [3] .

Breve descripción de los hechos

A principios de 1812, la Escarapela Argentina fue creada por el General Manuel Belgrano.y la bandera nacional , consagrada en Rosario . Belgrano aceptó la orden de marchar hacia el norte y tomó el mando del Ejército del Norte, cuyo cuartel general era la ciudad de San Salvador de Jujuy . La situación no estaba a favor de los argentinos rebeldes: poco antes de esto, la campaña de Juan José Castellaen el norte de Perú terminó con una derrota final en la Batalla de Huaqui. Los remanentes sobrevivientes del ejército se dirigieron al sur a Jujuy, pero no tenían suficiente personal, equipo y medios para detener al ejército español, que fue superado en número 4 veces y superado en armamento.

Las fuerzas leales bajo el mando del general Pío de Tristán, que suman 3.000 personas, marcharon desde Bolivia hasta el noroeste de Argentina (a través de Humahuaca). Los revolucionarios tenían la mitad de tropas, además, estaban mal armados, moralmente deprimidos, la ayuda del gobierno central no podía llegar y se desató una epidemia de malaria en la zona. Muchos representantes de la clase alta se negaron a ayudar a los revolucionarios y estaban dispuestos a pasarse al lado de los españoles, sin esperar la llegada de refuerzos de Buenos Aires.

Sobre las tropas de Belgrano pendía la amenaza de derrota total y pérdida de territorio, por lo que ordenó a todos los vecinos que recogieran sus efectos personales y lo siguieran a pie o en carretas con todo el ganado, y quemaran el resto junto con toda la ciudad a fin de para evitar que los leales obtengan al menos algunos suministros. El 29 de julio de 1812 firmó la orden, apelando al deseo de las personas de ser libres y advirtiendo que las personas que no obedecieran la orden serían ejecutadas y sus propiedades destruidas.

Ordenar

A los pueblos de las provincias: desde que pisé vuestro suelo para hacerme cargo de la defensa en que está interesado el Excelentísimo Señor Gobernador de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado francamente. Le diré francamente que las tropas de Abaskal, que salieron de Goyeneche, se acercan a Suipache; lo peor de todo, son apoyados por degenerados que viven entre ustedes y que no les importa que nuestros derechos sagrados a la libertad, la propiedad privada y la seguridad han sido violados y quieren devolvernos a la esclavitud.

Así que ha llegado el momento de que muestres tu heroísmo y te unas al Ejército bajo mi mando; si como decís queréis ser libres, entonces traednos armas de fuego, armas blancas y todos los pertrechos que tengáis o podáis adquirir; dale crédito a los que tenían suministros, pero a los que no les importa que exista la posibilidad de que pierdas tanto tus derechos como tu propiedad.

A los hacendados: apresúrense a traer sus ganados, caballos, mulos y ovejas que están en sus parcelas, y al mismo tiempo sus provisiones a Tucumán; no me deis motivo para tomar medidas dolorosas contra vosotros si no queréis seguir siendo traidores a la patria.

Obreros: asegurad todos los bienes llevándolos hasta la última cosita, porque en caso de desobediencia sois amenazados con la misma vergüenza que los anteriores.

Comerciantes: no perdáis el tiempo multiplicando vuestras mercancías o vendiéndolas, por mucho que podáis y por mucho que tengáis; no siguiendo la orden, serás castigado de la misma manera que las personas anteriores; además, todas las cosas encontradas serán destruidas, independientemente de quién las haya obtenido ya quién pertenezcan.

Entiendan todos que cualquiera que esté sin protección militar en cualquier lugar o intente irse sin mi permiso será inmediatamente fusilado sin ningún juicio o investigación. Análoga pena aguarda a quienes, con sus palabras o sus hechos, pretendan oponerse al deber sagrado hacia la Patria, sin distinción de clase, género y condición. Y aquellos que inspiraron abatimiento y pánico con su ejemplo serán igualmente fusilados si hay al menos dos testigos de ello.

Todos aquellos que, a mi primera orden, no estén listos para marchar y no se preparen con todo cuidado, cualquiera que sea su origen y condición, serán declarados traidores a la patria.

No espero que haya por lo menos uno que me obligue a aplicar los dichos castigos, ya que los verdaderos hijos de su patria prometerán ayudarme, como ayudan a su digna madre; y los degenerados obedecerán ciegamente y ocultarán sus intenciones. Además, si no fuera así, entonces sepa que no hay nada que discutir aquí que pueda ser discutido, y nada puede obligar a la desobediencia a las órdenes dadas por mí.

Cuartel general de Jujuy, 29 de julio de 1812.

Manuel Belgrano.

Texto original  (español)[ mostrarocultar] Pueblos de la Provincia: Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son llamados por los desnaturalizados que viven entre vosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud.

Llegó pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reunirnos al Ejército de mi mando, si como aseguráis que queréis ser libres, trayéndonos las armas de chispa, blanca y municiones que tengáis o podáis adquirir, y dando de parte a la Justicia los que las tuvieron y permanecieron indiferentes a vista del riesgo que os amenazan de perder no solo vuestros derechos, sino las propiedades que tenéis.

Hacendados: apresurados a sacar vuestro ganado vacuno, caballares, mulares y lanares que haya en vuestras estancias, y al mismo tiempo vuestros charquis hacia el Tucumán, sin darme lugar a que tome providencias que os sean dolorosas, declarandóos además si notra lo hicies aei la Patria.

Labradores: asegurad vuestras cosecas extrayéndolas para dicho punto, en la inteligencia de que no haciéndolo incurriréis en igual desgracia que aquellos.

Comerciantes: no perdáis un momento en fardelar vuestros efectos y remitirlos, e igualmente cuantos hubiere en vuestro poder de ajena pertenencia, pues no ejecutarlo sufriréis las penas que aquellos, y además serán quemados los efectos que se hallaren, sean en poder de quien fuere ya quien pertenezcan.

Entended todos que al que se encontrare fuera de las guardias avanzadas del ejército en todos los puntos en que las hay, o que intente pasar sin mi pasaporte será pasado por las armas inmediatamente, sin forma alguna de proceso. Que igual pena sufrirá aquel que por sus conversaciones o por hechos atentase contra la causa sagrada de la Patria, sea de la clase, estado o condición que fuera. Que los que inspirasen desaliento estén revestidos del carácter que estuviesen igualmente pasados ​​​​por las armas con sólo la deposición de dos testigos.

Que habrán tenido traidores a la patria todos los que a mi primera orden no estarían prontos a marchar y no lo efectúen con la mayor escrupulosidad, sean de la clase y condición que fueran.

No espero que haya uno solo que me dé para poner en ejecución las referidas penas, pues los verdaderos hijos de la patria me prometen que se empeñarán en ayudarme, como amantes de tan digna madre, y los des naturalizados obedecerán ciegamente y ocultarán insusiones . Más, si así no fuera, supo que se acabaron las consideraciones de cualquier especie que sean, y que nada será bastante para que deje de cumplir cuanto dejo dispuesto.

Cuartel general de Jujuy 29 de julio de 1812.

Manuel Belgrano.

Significado

La ciudad de San Salvador de Jujuy y la provincia dejaron, según diversas estimaciones, unas 1.500 personas entre la población de la ciudad y la provincia. Según Belgrano, los habitantes de la provincia de Jujuy lo siguieron voluntariamente [4] . Las tácticas de tierra arrasada dejaron a los españoles que avanzaban sin recursos ni fuerzas: Pío de Tristán no encontró absolutamente nada en la ciudad y provincia en ruinas. Los refugiados marcharon hacia el sur unos 250 km, partiendo en la madrugada del 29 de agosto de 1812, hacia el río Pasacha (provincia de Tucumán). Durante la retirada de Tucumán, Belgrano derrotó a las tropas de Tristán y el 20 de febrero de 1813 consolidó su victoria en la batalla de Salta .dejando atrás toda la provincia. Esto predeterminó en gran medida el resultado de la guerra por la independencia de Argentina.

Memoria

El éxodo de Jujuy se celebra anualmente como un acto de heroico sacrificio de los argentinos, que predeterminó en gran medida la victoria de las Provincias Unidas en la guerra contra el ejército real español [5] [6] . El 28 de octubre de 2002 se firmó la ley número 25.664, según la cual cada año la ciudad de San Sebastián de Jujuy se convertirá el 23 de agosto en "la capital honorífica del  pueblo argentino" ( Capital Honorífica de la Nación Argentina [7]) Las mayores celebraciones se realizaron en 2012 con motivo del 200 aniversario del Éxodo de Jujuy.

Cada año, el 22 de agosto, el día anterior a la fecha significativa, se lleva a cabo una Marcha ceremonial de Retiro (desde 1955) y una quema simbólica de la ciudad: se construyen edificios de madera y paja en la costa del río Sibi-Sibi, que luego son quemadas, y la gente sale de la ciudad improvisada a pie y en carretas que dejan sus efectos personales en la ciudad, sacrificándolos en aras de la libertad del pueblo argentino. En la propia ciudad, un estadio de fútbol lleva el nombre de la fecha del Éxodo de Jujuy .

Notas

  1. Torres, Juan Lucio: El español como soldado argentino: Participación en las campañas militares por la libertad e independencia. Madrid, Ediciones de la Torre. 2014. ISBN 978-84-7960-578-0 . pág. 141
  2. Sierra, Vicente D.: Historia de la Argentina: Los primeros gobiernos patrios: 1810-1813. Unión de Editores Latinos. 1962. Pág. 559
  3. Roca, José Luis. Ni con Lima ni con Buenos Aires: la formación de un estado nacional en Charcas . - Plural Editores, 2007. - Pág. 315. - ISBN 99954-1-076-1 .
  4. [geosfera.org/yuzhnaya-amerika/argentina/2395-zhuzhuy.html Geografía de la Tierra. argentino Provincia de Jujuy]   (ruso)
  5. Preparan evocación del Exodo Jujeño  (enlace no disponible)  (Español)
  6. Camino al bicentenario del Exodo Jujeño  (enlace no disponible)  (Español)
  7. Ley 25.664: Declárase a la provincia de Jujuy Capital Honorífica de la Nación Argentina el 23 de agosto de cada año, conmemoración del "Éxodo Jujeño"  (Español) . Biblioteca Nacional de Matros. Consultado: 22 de julio de 2012.

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