La microcristaloscopia es un método de análisis microquímico cualitativo basado en la formación de precipitados cristalinos característicos bajo la acción de pequeñas cantidades de reactivos por gota (alrededor de 10 −3 ml) de la solución analizada sobre un portaobjetos de vidrio. El sedimento se examina bajo un microscopio (el aumento es de 60 veces o más); su composición se juzga principalmente por la forma de los cristales, así como por su color y tamaño. Los cristales resultantesadquiere una forma característica solo con liberación lenta, es decir, en soluciones diluidas. A altas concentraciones de sustancias precipitadas, así como en presencia de compuestos extraños, la forma del cristal puede distorsionarse. En tales casos, para identificar el precipitado, las características cristalográficas y cristal-ópticas de los cristales (por ejemplo, los ángulos entre las caras), que no dependen de su forma, sino de la composición química, se determinan bajo un microscopio polarizador. La microcristaloscopia suele utilizarse para analizar objetos muy pequeños (células vegetales, inclusiones en metales, minerales, etc.). El límite de detección de compuestos orgánicos e inorgánicos alcanza los 10 −8 -10 −9 g en una gota de solución.