El modelo de cuatro canales (four-ear model) fue propuesto por el psicólogo alemán Friedemann Schulz von Thun en 1981 para interpretar mensajes de voz.
El modelo de los cuatro oídos describe la naturaleza multinivel de los mensajes enviados por las personas en comunicación, y es una combinación del postulado de Watzlawick de que cualquier declaración tiene el carácter de una relación y el modelo tripartito de Karl Buhler . Según Schulz von Thun, los niveles ocultos (significados) dentro de un mensaje se perciben junto con su significado original y transmiten un mensaje emocional más fuerte que su significado original.
"¿Qué es exactamente lo que quiero decir?"
Cada mensaje lleva en sí mismo la mayoría de las veces alguna información específica sobre el estado de las cosas. La tarea del transmisor de información es transmitir esta información de manera clara y comprensible. En el nivel de discusión del estado de cosas, una persona busca transmitir esta información específica.
Al analizar este canal, el destinatario del mensaje no debe tener en cuenta las peculiaridades de los gestos del hablante o su actitud hacia el hablante.
“¿Qué quiero lograr al entregar este mensaje?”
La comunicación se lleva a cabo generalmente para un propósito específico . El mensaje recibido hace que el destinatario piense, sienta o haga ciertas cosas (o se esfuerce por implementarlas). Un intento de influir en el interlocutor puede ser más o menos abierto u oculto; en este caso, se utiliza el término " manipulación ".
“¿Qué pienso de ti?” (Mensaje “Tú”) o “¿En qué relación estamos” (Mensaje “Nosotros”)
Este canal expresa la actitud hacia el interlocutor. Los matices de cómo nos dirigimos a las personas que nos rodean demuestran nuestra opinión sobre ellos. Dichos matices se encuentran en la redacción del mensaje, los gestos y las expresiones faciales, la entonación y el tono. Por otro lado, según la actitud que se exprese hacia nosotros, nos sentimos aceptados o rechazados, tutelados o no tomados en serio. Una buena relación se expresa en una conversación “de igual a igual con respeto mutuo”.
¿Qué quiero decir sobre mí? (Mensaje "yo")
Cada mensaje también contiene información sobre la identidad del hablante. Hablando, siempre ponemos una parte de nuestra personalidad en el mensaje, haciéndolo explícito. Esto se aplica tanto a la intención de crear una cierta impresión sobre uno mismo como a la revelación involuntaria del mundo interior. Cada mensaje se convierte así en un molde parcial de la personalidad del hablante.
Una mujer conduce un coche (la mujer es la destinataria del mensaje). El hombre (el remitente del mensaje) está sentado cerca.
Remitente: "Mira, hay uno verde más adelante". (diferentes entonaciones posibles)
Es posible que el destinatario del mensaje no lo entienda de la forma en que lo pretendía el remitente. Esto se aplica a cada canal y los dos últimos en particular. Por ejemplo, el emisor enfatizó la invocación en el mensaje, mientras que el receptor percibió la mayor parte de la información en el canal de relación. En el modelo de cuatro canales, esta es una de las principales causas de malentendidos en la comunicación.