Declaración de Independencia del Imperio Mexicano | |
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español Acta de Independencia del Imperio Mexicano | |
Creado | 28 de septiembre de 1821 |
Idioma original | español |
Almacenamiento | El principal archivo de la nación. |
Testigos | 33 miembros del Consejo Provisional |
Propósito de la creación | Declaración de Independencia del Imperio Español |
Declaración de Independencia del Imperio Mexicano ( español : Acta de Independencia del Imperio Mexicano ) es un documento histórico, que el Imperio Mexicano declaró su independencia del Imperio Español .
El documento fue redactado el 28 de septiembre de 1821 por el secretario del Consejo Provisional de Gobierno, Juan José Espinosa de los Monteros. Se emitieron tres copias. Una copia fue destruida en un incendio en 1909. Otras dos copias se encuentran en el Museo Histórico Fuerte de San Diego en Acapulco y en el Archivo General de la Nación en la Ciudad de México [1] .
Luego de finalizada la Guerra de Independencia de México, el 28 de septiembre de 1821, el General Agustín de Iturbide formó un Consejo Provisional de 38 miembros [2] . En la tarde del 28 de septiembre, los miembros del Consejo se reunieron en Palacio Nacional para redactar una Declaración de Independencia para el nuevo estado independiente. El acta de aceptación fue firmada por 33 de los 38 miembros del Consejo. Se enviaron copias del acta al gobierno, a la mesa del Consejo Provisional, y ésta a la Cámara de Diputados.
Ninguno de los ex rebeldes, como Guadalupe Victoria , Vicente Guerrero o Nicolás Bravo , firmó la Declaración de Independencia [3] [4] .
Declaración de la independencia:
Declaración de Independencia del Imperio Mexicano, emitida por su Junta Soberana, reunida en la capital el 28 de septiembre de 1821.
La nación mexicana, que durante trescientos años no tuvo voluntad propia ni libre ejercicio de su voz, sale hoy de la opresión en que vivía.
El heroico esfuerzo de sus hijos se ha visto hoy coronado por el éxito y culminado en una empresa eterna y memorable, que un espíritu más allá de toda admiración y alabanza, por amor y para gloria de su patria, comenzó en Iguala, continuó y llevó hasta al final, superando obstáculos casi insuperables.
Habiendo pues restablecido esta parte del Norte para el ejercicio de todos los derechos otorgados por el Creador de la Naturaleza y reconocidos como inalienables y sagrados por los pueblos civilizados de la Tierra, en libertad para formarse en la forma que más convenga a su felicidad, y por medio de representantes que pueden manifestar su voluntad y planes, comienza a gozar de tan preciosos dones, y declara solemnemente por la Junta Suprema del Imperio, que es pueblo soberano e independiente de la vieja España, con la cual en adelante no mantendrá otra alianza que estrecha amistad en los términos estipulados por los tratados; que establecerá relaciones amistosas con otras Potencias cumpliendo respecto de ellas las declaraciones que hagan otras naciones soberanas; que se constituirá según los fundamentos que están en el Plan de Iguala y el Tratado de Córdoba del Primer Comandante en Jefe del Ejército Imperial de las Tres Garantías, sabiamente redactados, y que defenderá a toda costa y con todos los sacrificios de los medios y vidas de sus miembros (si es necesario); esta solemne declaración fué hecha en la capital del Imperio el día veintiocho de septiembre de mil ochocientos veintiuno, primera proclamación de la independencia de México.
Amén.
Se redactaron y firmaron tres originales de la Declaración [6] .
Una copia fue entregada al Consejo Provisional, que luego exhibió en la Cámara de Diputados hasta 1909, cuando las Casas del Parlamento fueron destruidas por un incendio.
La familia Ruiz de Velasco fue la propietaria original de la Declaratoria durante 128 años. Este documento ha sido transmitido de generación en generación. El 22 de agosto de 1987, Pedro Ruiz de Velasco donó el documento a México. Una copia se encuentra actualmente en el Museo Histórico Fuerte de San Diego en Acapulco en el estado de Guerrero .
Una tercera copia fue entregada a la Regencia del Imperio, la cual fue guardada en Palacio Nacional y fue sustraída en 1830.
Décadas más tarde, el acta fue adquirida por el emperador Maximiliano I. En el reverso del acta hay un exlibris de la biblioteca de Maximiliano. Tras la ejecución de Maximiliano, el confesor del emperador, Agustín Fischer, sacó el documento del país.
Tiempo después, el acto apareció en España en la biblioteca del anticuario Gabriel Sánchez. Tampoco se sabe cómo lo recibió, pero lo cierto es que en el reverso del acta hay un sello de la Biblioteca Española de Anticuarios. Sánchez vendió el documento al historiador mexicano Joaquín García Icazbalchete, quien se lo quedó y se lo pasó a su hijo, Luis García Pimentel.
Florencio Gavito Bustillo le compró un ejemplar a Pimentel por 10.000 pesos. Tenía la intención de entregar la Declaración al gobierno mexicano, pero murió de leucemia en 1958, expresando en su testamento el deseo de que la Declaración fuera presentada al Presidente de México .
El gobierno mexicano envió el documento para su autenticación. Las conclusiones estuvieron listas el 14 de noviembre de 1961. La ceremonia de entrega del acta se llevó a cabo el 21 de noviembre de 1961. Florencio Gavito Jauregui, hijo de Gavito Bustillo, entregó el acta al presidente Adolfo López Mateos . A la ceremonia también asistieron Gustavo Díaz Ordaz y Jaime Torres Bodet [7] .
La declaración estuvo expuesta durante algún tiempo en el Castillo de Chapultepec, y luego fue enviada al Archivo General de la Nación.