Itske Kramer (nacido en 1973) es un antropólogo holandés con intereses de investigación en el gobierno corporativo . Según Kramer, la propagación de la COVID-19 en los Países Bajos ha provocado un choque cultural colectivo que podría cambiar la sociedad holandesa para siempre [1] .
Nacido en (1973). En 1998 recibió una maestría (maestría) en antropología cultural de la Universidad de Utrecht . Ha trabajado como coach en el campo del liderazgo y la comunicación durante muchos años. En 2006 fundó la comunidad en línea Human Dimensions con sede en Holanda. Se desempeña como docente de la disciplina "dinámicas culturales" en la Universidad TIO
Kramer ha desarrollado programas interculturales para varias corporaciones y organizaciones multinacionales como Shell , Unilever R&D, Mercedes-Benz CAC, Philips, ArboUnie, KPN, National Railway Company (NS), Nyenrode University, Telia Suecia, Yokogawa, Petro-Canada Países Bajos BV, KLM y War Child .
El tema central de la filosofía de Cramer es la cuestión de la interacción humana. Se interesa por los métodos de adaptación de las sociedades a cambios bruscos en las condiciones de vida. Así, en 2009, realizó un estudio en Sudáfrica sobre cómo diversos grupos de población se adaptaron a la abolición del apartheid [2] . En 2019 visitó Togo para profundizar en la religión del vudú y el papel de los rituales relacionados en la sociedad. Ella está principalmente interesada en la interacción de personas con intereses en conflicto. Basada en sus viajes por el Tercer Mundo , escribió el libro Jam Cultures sobre el choque de culturas y cómo diferenciarse de los demás [3] .
Kramer afirma que la pandemia de coronavirus ha provocado un choque cultural colectivo en Holanda. En su opinión, la nueva situación requerirá del esfuerzo de todos los habitantes del país. Tomó prestado el término "choque cultural" del antropólogo canadiense Kalervo Oberg, quien lo introdujo en la circulación científica en 1954 (en la década de 1950, la gente comenzó a ir a los trópicos por primera vez de vacaciones o para trabajar en otros países [4] ).
Oberg identifica cuatro fases sucesivas de choque cultural. A la primera etapa la llama fase de luna de miel , cuando todo sigue siendo emocionante, nuevo y como un viaje a un país exótico. El primer encuentro con una cultura diferente suele ser estresante y frustrante y obliga a la persona a cambiar su comportamiento. Un rasgo característico del choque cultural es que algunas personas buscan fuera de sí mismas la causa de su frustración . El resultado puede ser el miedo a los extraños [5] .
La segunda etapa es la crisis . Las personas luchan con las nuevas circunstancias y se sienten incómodas y amenazadas. Ha llegado el momento de la autoevaluación crítica.
La tercera fase, el período de recuperación, comienza cuando la situación parece volver a la normalidad. Finalmente, en la última etapa ( ajuste ), las personas aprenden a lidiar con las circunstancias cambiantes y se comportan en consecuencia.