Tricoquistes

Los tricoquistes son orgánulos  citoplasmáticos que se encuentran en algunos protistas ( ciliados - paramecios , cnidosporidios ) y les sirven como órganos de defensa o ataque, capaces de "disparar" con irritación mecánica o química. Los tricoquistes se encuentran en el citoplasma perpendicular a la superficie del cuerpo y, por regla general, tienen la forma de pequeños bastoncillos fusiformes que, bajo la acción de estímulos mecánicos, químicos o eléctricos, se expulsan y toman la forma de filamentos largos.

Los tricoquistes en diferentes tipos de protistas tienen una forma diferente y una especie puede tener varios tipos de tricoquistes. Así, los ciliados se caracterizan por la presencia de tricocistos fusiformes, que son cuerpos proteicos alargados (de 2 a 6 micrómetros) de estructura paracristalina, dotados de una punta densa y diseñados para la protección: cuando se disparan, son capaces de estirarse en un hilo con un punto al final, cuya longitud es de 20 a 60 micrómetros. Los infusorios también tienen mucoquistes (protricocistos), que no tienen punta y toman la forma de una sustancia gelatinosa hinchada con una estructura de malla cuando se disparan, los rabdoquistes son tricoquistes en forma de varilla que se empujan completamente hacia afuera; venenosos y destinados exclusivamente al ataque, tóxicos, que consisten en una cápsula larga con un tubo recto, que se enrosca hacia adentro y, cuando es atacada, sale disparada hacia afuera; pequeños extrusomas en los extremos de los tentáculos llamados haptocistos, que consisten en un tubo corto y una ampolla; Los cnidoquistes (anteriormente llamados cápsulas urticantes) son tricoquistes con un filamento tubular retorcido en su interior, de forma esférica u ovalada y que se desprenden cuando se irritan.

En los flagelados , los tóxicos característicos de los ciliados depredadores, los rabdocistos y los haptocistos están ausentes, pero hay teniobolocistos, que son una cinta de proteína, como enrollada en un rollo, que resulta cuando se irrita. Los cnidoquistes de cnidosporidios (las llamadas cápsulas polares), inherentes a las esporas, cuando se disparan, proporcionan la unión de las esporas al organismo huésped.

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